La comida es uno de los temas en los que en ningún caso se puede fallar. Si algo esperan los invitados de una boda es una buena comida.
¡Pero eso no es todo! Porque si una comida no va acompañada de un buen servicio, se nota, así que como Wedding Planners siempre aconsejamos investigar sobre el servicio del cátering que vamos a contratar. Ratio de camarero por invitado, cantidades de comida, timings de aperitivo y banquete, etc…
Un buen menú de boda consta de una gran variedad de aperitivos que se combinan entre fríos y calientes que se van ofreciendo a lo largo de 1 hora y media aproximadamente. A tener en cuenta que cuantos menos hidratos se consuman en ese momento mejor se llega al banquete de la boda. Éste último, suele tener dos platos, un plato principal mas o menos ligero, según guste y un segundo plato más contundente, todo servido en 1,5 horas, para que el servicio no se haga demanasiado largo ¡la gente ya empieza a tener ganas de fiesta!
Otro aspecto imprescindible es hacer una prueba de menú con el cátering en el que novios y (familiares ó amigos) puedan elegir exactamente qué platos servir en el banquete así como las referencias en el aperitivo. Podemos arriesgar más en las opciones de aperitivo, sin embargo, no es aconsejable arriesgar en el banquete: servir un buen clásico siempre es buena opción.
No nos olvidemos de la selección de vinos, que también se eligen durante la prueba; lo mejor, elegir vinos para el banquete que no sean muy pesados y acompañen bien nuestros platos.
Los mejores cáterings saben ajustar las propuestas a la estación de la boda, usando productos de temporada y por supuesto de primera calidad, sin enmascarar la materia prima con demasiadas salsas ni guarniciones.
Nos quedaría el postre, que se merece un post aparte. Mientras, os dejamos una selección de fotos de uno de nuestros càterings favoritos: Les Magnolies
SELECCIÓN DE FOTOGRAFÍAS: LES MAGNOLIES, MUJER & MARIDO